Motivación intrínseca y extrínseca en una empresa
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Motivación intrínseca y extrínseca en una empresa

La motivación es un factor clave para el éxito de cualquier empresa, ya que influye en el desempeño, la satisfacción y el compromiso de los empleados. Sin embargo, no todas las personas se motivan de la misma manera, ni responden a los mismos estímulos. Por eso, es importante conocer los diferentes tipos de motivación que existen y cómo aplicarlos en el ámbito laboral. En este artículo, te explicaremos qué son la motivación intrínseca y extrínseca en una empresa, cuáles son sus ventajas y desventajas, y cómo combinarlas para lograr una mayor productividad y bienestar.

¿Qué es la motivación intrínseca?

La motivación intrínseca se refiere al conjunto de razones internas que impulsan a una persona a realizar una actividad por el simple placer o interés que le genera, sin esperar ninguna recompensa externa.

Por ejemplo, una persona puede sentir motivación intrínseca por leer un libro, practicar un deporte o aprender un idioma, porque le gusta o le apasiona hacerlo.

La motivación intrínseca se basa en factores psicológicos como la autonomía, la competencia, el propósito y la pertenencia. Estos factores generan una sensación de satisfacción personal y autoestima en el individuo, que se siente capaz, libre y conectado con lo que hace. La motivación intrínseca también favorece el desarrollo de habilidades, la creatividad y la innovación.

¿Qué es la motivación extrínseca?

La motivación extrínseca se refiere al conjunto de razones externas que impulsan a una persona a realizar una actividad por el beneficio o el reconocimiento que obtiene de ella, más que por el disfrute o el interés que le produce.

Por ejemplo, una persona puede sentir motivación extrínseca por trabajar en un proyecto, estudiar para un examen o cumplir con una tarea, porque espera recibir un salario, una calificación o un elogio.

La motivación extrínseca se basa en factores ambientales como los incentivos, las recompensas, las sanciones y las normas. Estos factores generan una sensación de presión o obligación en el individuo, que se siente condicionado, controlado y evaluado por lo que hace.  La motivación extrínseca también puede influir en el comportamiento, la eficiencia y la calidad del trabajo.

Ventajas y desventajas de la motivación intrínseca

La motivación intrínseca tiene muchos beneficios tanto para el individuo como para la empresa, pero también presenta algunos retos o dificultades.

Por un lado, la motivación intrínseca implica que el empleado realiza su trabajo por el gusto o el interés que le produce, sin depender de recompensas externas. Esto hace que el empleado se sienta más comprometido, satisfecho y leal con la organización, y que mejore su clima laboral, su comunicación y su colaboración con sus compañeros.

Además, la motivación intrínseca estimula el aprendizaje, la creatividad y la innovación del empleado, lo que le permite desarrollar sus habilidades, adaptarse a los cambios y resolver los problemas que se le presenten.

Asimismo, la motivación intrínseca reduce el estrés, el agotamiento y la rotación de personal, lo que beneficia tanto al empleado como a la empresa.

Por otro lado, la motivación intrínseca supone que el empleado tiene un interés o una pasión por su trabajo, lo cual no siempre es fácil de identificar o de despertar. Además, la motivación intrínseca requiere que el empleado tenga unas condiciones óptimas para realizar su trabajo, como autonomía, competencia, propósito y pertenencia, las cuales no siempre son posibles de ofrecer por parte de la empresa.

También hay que tener en cuenta que la motivación intrínseca no garantiza que el empleado cumpla con los objetivos o las expectativas de la empresa, ya que puede tener otros criterios o prioridades.

Finalmente, la motivación intrínseca puede entrar en conflicto con la motivación extrínseca si esta última se percibe como una amenaza o una restricción para la libertad o la autoestima del empleado.

Ventajas y desventajas de la motivación extrínseca

La motivación extrínseca también tiene muchos beneficios tanto para el individuo como para la empresa, pero también implica algunos riesgos o desafíos.

Por un lado, la motivación extrínseca implica que el empleado realiza su trabajo por el beneficio o el reconocimiento que recibe de él, lo cual depende de recompensas externas. Esto hace que el empleado se esfuerce, se dedique y rinda más en su trabajo, y que refuerce su sentido de responsabilidad, disciplina y cumplimiento.

Además, la motivación extrínseca premia el mérito, la excelencia y la superación del empleado, lo que le aporta seguridad, estabilidad y reconocimiento. Asimismo, la motivación extrínseca regula el comportamiento, la conducta y la ética del empleado, lo que beneficia tanto al empleado como a la empresa.

Por otro lado, la motivación extrínseca supone que el empleado tiene un beneficio o un reconocimiento por su trabajo, lo cual puede generar dependencia, adicción o ansiedad.

Además, la motivación extrínseca puede disminuir la motivación intrínseca si esta última se percibe como menos importante o valiosa que las recompensas externas.

También hay que tener en cuenta que la motivación extrínseca puede provocar competencia, rivalidad o conflicto entre los empleados, lo que puede afectar al clima laboral y a la colaboración.

Finalmente, la motivación extrínseca puede inducir a la manipulación, el engaño o la deshonestidad de los empleados, lo que puede perjudicar a la calidad y a la reputación de la empresa.

¿Cómo combinar la motivación intrínseca y extrínseca en una empresa?

La motivación intrínseca y extrínseca en una empresa son dos tipos de motivación que pueden coexistir y potenciarse mutuamente, siempre y cuando se apliquen de forma adecuada y equilibrada. Para lograrlo, se recomienda seguir algunas pautas que permitan satisfacer las necesidades, los intereses y las preferencias de cada empleado, y al mismo tiempo, alinearlos con los objetivos y las expectativas de la empresa.

Por un lado, se debe establecer objetivos claros, realistas y desafiantes para los empleados, que les permitan demostrar su capacidad y progresar en su carrera. También se debe proporcionar feedback frecuente, constructivo y personalizado a los empleados, que les ayude a mejorar su desempeño y a reconocer sus logros.

Estas medidas favorecen la motivación intrínseca, ya que generan una sensación de satisfacción personal y autoestima en el empleado. Por otro lado, se debe ofrecer a los empleados autonomía, flexibilidad y participación en la toma de decisiones, que les haga sentir dueños de su trabajo y de sus resultados.

También se debe crear un ambiente de trabajo positivo, colaborativo y diverso, que fomente el sentido de pertenencia y el orgullo de formar parte de la empresa. Estas medidas favorecen la motivación intrínseca, ya que generan una sensación de libertad, competencia, propósito y conexión en el empleado.

Finalmente, se debe diseñar un sistema de recompensas justo, transparente y coherente, que valore el esfuerzo, la calidad y la contribución de los empleados a la empresa. Estas medidas favorecen la motivación extrínseca, ya que generan una sensación de seguridad, estabilidad y reconocimiento en el empleado.

En conclusión, la motivación intrínseca y extrínseca en una empresa son dos tipos de motivación que pueden influir en el comportamiento, el rendimiento y el bienestar de los empleados en una empresa.

Ambas tienen sus ventajas y sus desventajas, por lo que es importante combinarlas de forma adecuada y equilibrada. Así, se podrá lograr una mayor productividad y satisfacción tanto para los empleados como para la empresa.

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